Mira, el sanjuanino por el mundo

Hoy Islandia – Última Parte

Atrás quedó la pintoresca ciudad de Akureyri, la Capital del Norte. Nuestro camino alrededor de Islandia continúa y todavía nos quedan algunos dias más para completar el Ring Road. Vení con nosotros y te contamos como nos fue.
domingo, 11 de octubre de 2020 · 12:48

Al ser pocos habitantes, la población tiene el Libro de los Islandeses, que incluso es una aplicación telefónica, llamada Íslendingabók. Ahí figura la información genealógica de todos los habitantes desde finales del siglo XVII. Dado el aislamiento, ellos la consideran una importante herramienta de investigación, no sólo por enfermedades genéticas, sino también para constatar el grado de parentesco de la persona con la cual se desea tener una cita amorosa.

Otra curiosidad: en lugar de tener apellidos, ellos usan un sufijo detrás del nombre. Si es un varón agregan el vocablo son y si es mujer se agrega dottir. Hace años, los extranjeros que obtenían la ciudadanía, debían "islandizar" su nombre pero este requisito fue abolido por el Parlamento. Islandia es uno de los países con mayor número de madres solteras del mundo, más de dos tercios de los bebés nacen de padres que no están casados. Esto podría ser algo vergonzoso en muchos países del mundo, pero en tierra de vikingos, es un orgullo.

Al salir de Akureyri es el momento de seguir visitando bellezas naturales y de camino pasamos por las Cascadas Godafoss o De los Dioses, muy cerca de la ruta, donde el ruido de la caída hace que te detengas a apreciarlas. No es de las más grandes y caudalosas pero tiene un precioso salto de 12 mts a lo largo de 30 mts de ancho que pertenece al Río Skjálfandafljót, que con sus 180 Km es el cuarto más largo del país. El agua corre, donde antes corría lava, creando ésta cascada que fluye desde hace siglos a través del valle, cuyo origen es el Glaciar Vatnajökull que veremos más adelante. El nombre viene de cuando los islandeses adoptaron el cristianismo y arrojaron las estatuas de sus dioses nórdicos a las aguas del rio.  

Un poco más allá está el Lago Mývatn, cuyo nombre significa Pequeñas Moscas, por eso en verano se llena de aves que se alimentan de los insectos. En éste lago existe actividad volcánica aún. Estos accidentes geográficos nunca expulsaron grandes cantidades de lava, pero hace siglos, cuando la lava entró en contacto con el agua fría del lago, creó pequeños cráteres y formaciones. Este lugar fue muy importante para la tradición islandesa, pues acá dicen que acá estaba la Puerta del Infierno.

Por los Campos de Lava

En Dimmuborgir hay un área de campos de lava  moldeados como laberintos, cerca de Mývatn. Acá podés recorrer cavernas y formaciones rocosas que se parecen a recuerdos de una antigua ciudad derrumbada, donde todavía algunas columnas de vapor atestan el lugar con humo sulfuroso. Según los islandeses, éste lugar conecta la tierra con regiones infernales y es el lugar de residencia de duendes y gnomos.

Cerca del lago, hay unos baños termales en donde las personas se sumergen en piscinas de aguas sulfurosas que se encuentran a 41°C, pero también hay áreas que superan los 100°C. Estos baños naturales cuentan con muy buenas instalaciones y son más baratos que las aguas termales de la Laguna Azul cerca de Reykiavik.

Muy cerca de ahí hay un sitio de pozos y fumarolas llamado Hverir, que es una extensa área geotermal de tierras sulfurosas en un paisaje inhóspito muy cerca de la Ring Road y es tal vez uno de los paisajes más impresionantes para visitar. Este páramo repleto de fumarolas que surgen de la propia tierra, se puede recorrer siguiendo la senda marcada, donde se mezcla el color blanquecino del humo con el ocre del paisaje volcánico y el intenso olor azufre. Esta paleta de colores es ideal para los amantes de la fotografía. Muy cerca de Hverir, la carretera te lleva hasta el Volcán Krafla que tiene 10 km de diámetro, en donde hay una enorme planta geotérmica y el Cráter Viti Maar, que significa Cráter del Infierno, con una laguna verdosa en su interior. Es muy rápido llegar al lugar e incluso también podés ascender hacia la corona del cráter pero la subida es muy dificultosa y el fuerte viento siempre te desestabiliza.

De Cascadas y Glaciares

Las Cascadas Dettifoss no están lejos y es una parada obligada en nuestro recorrido. Es la más poderosa de Europa y tal vez la que más impresiona a los visitantes gracias a su fuerza y su caída que originan un ruido ensordecedor y un impresionante rocío que crea hermosos arco iris. Esta catarata puede verse desde varios lados, pero si tenés nervios de acero, podés acercarte hasta su gran caída, con mucha prudencia, porque no sólo las rocas están mojadas y podes resbalar, sino también que muchas de ellas no son seguras y pueden desprenderse cayendo al vacío, pero es donde podés tener las mejores vistas. Cada lado de Dettifoss pertenece a placas continentales diferentes.

Siguiendo la Península de Tjörnes llegamos al Parque Nacional Jökulsárgljúfur. La parada obligatoria es Äsbyrgi, un gran cañón con forma de herradura con murallones de hasta 100 metros. Allí se podes hacer senderismo y atravesar un bosque de abedules, sauces, fresnos y pinos. La verdad, es un poco raro encontrar éste lugar en una isla deforestada como Islandia. Al final del cañón, llegas a un pequeño estanque llamado Botnstjörn con algunos peces y aves acuáticas.

La leyenda cuenta que Odin montaba su gigantesco caballo de ocho patas, Sleipnir y perseguían a un enorme gigante. Este se escapó y al resbalar el caballo, dejó marcada su gran pezuña para siempre. Es común ver acá caballos salvajes islandeses, retacones, melenudos y amigables. Algunos afirman que son los herederos de una hermosa yegua que dicen que Odin escogió en persona como novia de su caballo Sleipnir.

Aunque el culto a Odín nació en Dinamarca en el siglo IV, llega a Islandia donde no tuvo demasiada aceptación. Odín no logró la consideración que sí tuvo su hijo Thor, Dios del Trueno, del clima, las cosechas, de la ley y la justicia y cuyo nombre llevan innumerables personas y lugares en este país.

Ásbyrgi es un monumento natural y lo sorprendente de este colosal hundimiento es que se trata de un enorme escalón con paredes totalmente verticales, de cien metros de altura, que ocupa un área de 3,5 kilómetros de longitud y un kilómetro de ancho. Visto desde un avión, el lugar se asemeja a la huella de un caballo gigantesco.

El paisaje fue modificado por una explosión volcánica y una gigantesca inundación ocurrida a finales de la Edad del Hielo y por otra erupción y avalancha que sucedió hace 3.000 años. Como consecuencia de ello, el río que por aquí pasaba modificó su curso y ahora corre por otro desfiladero.

A mí, particularmente me gustan más las leyendas y las mitologías y en éste lugar se siente que estás dentro de una leyenda. Al recorrer el sitio en compañía de una leve llovizna y un aire fresco, se puede sentir en el ambiente que no estás solo ahí. Te sentís observado. Caminas por ese lugar rodeado de murallones de donde brotan vertientes y algunas aves dan vueltas a tu alrededor, se posan en un árbol, cantan sus señales y te vigilan. El suelo del lugar, está cubierto de hojas multicolores y charcos de agua, pero también hay rocas cubiertas de musgos y líquenes y debajo de ellas pequeñas cuevas. Tal vez, los elfos vivan ahí y cabalgan esas aves que nos vigilan. Solo, te detenes un momento, cerras los ojos y dejas volar tu imaginación una vez más para comenzar a formar parte de esas leyendas de seres mitológicos que viven a tu alrededor.

Las Piscinas Islandesas

La noche la pasamos en Husavik y admito que me engañaron.

Mi amigo Wayne quería ir a las piscinas públicas y me pidió que lo acompañara, así que busque mi short de baño, tomé una toalla prestada del hotel y fuimos hacia allá. Al entrar al lugar, lo primero que ves son unos estantes donde dejas tu calzado y entras descalzo al sitio. Pagamos el servicio y nos dieron las indicaciones necesarias. Primero el locker donde dejas tu ropa y luego las duchas.

Y cómo sigue esto?  La piscina de agua caliente estará en un salón más grande?

No. Nada de eso. No es una piscina cubierta. Hay que salir al exterior. Así que, recién salidos de la ducha, salimos al aire libre, con un frio que te pela el alma y ves a la gente feliz caminando por ahí. Envuelto en mí toalla temblando de frio llego hasta la piscina de agua caliente, que tendrá unos 40°C. Parece que la piel se te desprende del cuerpo por el cambio de temperatura, pero después de un rato te acostumbras y pensás, que en algún momento, vas tenés que salir de ahí y cruzar ese patio con viento helado. De a poco te convertís en una pasa, mientras los distintos idiomas se mezclan en la piscina. Más allá, unos tipos se meten en grandes barriles de agua congelada mientras gritan de placer y los dientes suenan como castañuelas. Esto es una tortura. Con qué necesidad? Me parece que ésta gente está mal de la cabeza!!!!

- Y vos de dónde sos?  República Checa.

- Y vos??  Bielorrusia.

- Where are you from?? Switzerland.

- And you? Thailand.

- Nosotros venimos de Argentina y nuestro amigo Wayne es de Estados Unidos!!

- Ahhh de Argentina. Que lejos no….!!

En los pequeños pueblos, no es fácil ver personas en las calles. A veces llegas a un pueblo y no ves a nadie y parecen pueblos abandonados. Las casas están sin llaves, las bicicletas tiradas en sus patios delanteros, casi no hay policías, no tienen fuerzas armadas y sólo queda una sola cárcel con un pabellón y un patio cercado por alambre tejido. Nada más. Tienen sólo una fragata que patrulla sus costas, la policía anda desarmada y la tasa de criminalidad es muy baja, siendo el país con menos cantidad de presos por habitante. Pero también es el país de mayor consumo de marihuana per cápita, donde unas 60 mil personas fuman cannabis, que no es legal, pero los que cultivan marihuana sólo son pasibles de multas.

Cerca de Husavik, en Raufarhöfn, se encuentra el Artic Henge que es un monumento en construcción de arcos y estatuas de piedras que evoca las raíces nórdicas y las creencias paganas que todavía existen en la isla. Específicamente está inspirado en el Völuspá, que es la Biblia nórdica y es algo así como un Stonehenge moderno. La construcción, es un enorme reloj, con una gran columna central que tendrá un prisma de vidrio y refractará la luz del sol de medianoche. A pesar que Islandia abrazo el cristianismo en el año 1000 d.C, algunos islandeses aún siguen el paganismo, por lo que para ellos, el Artic Henge, es un sitio sagrado.

Al llegar al hotel en el pequeño poblado de Breiddalsvik, con típicas casas islandesas, la recepcionista nos dijo que era francesa, pero hablaba español, inglés y algo de islandés y que por las condiciones del clima, era posible que a la noche podamos ver las Auroras Boreales. Dicho esto, ésta morocha morruda, levantó como si nada nuestro equipaje y lo llevó hasta el primer piso, donde nos instalamos.

Esa noche, ya tarde, el cielo estaba casi despejado, con algunas nubes que se movían y de vez en cuando tapaban la luna y corría un viento helado. Hasta que  aparecieron ellas, algo tímidas, cual fantasmas de colores que desplegaban su glamour en la oscuridad del valle. Una verdadera delicia verlas. Por ser la primera vez, estamos felices y volveremos a verlas en otro momento, pero por ahora nos conformamos.

A la mañana siguiente seguimos nuestro recorrido y visitamos el Glaciar Fláajoökull. Al igual que muchos glaciares del mundo, está sufriendo un proceso de contracción gracias al Calentamiento Global. En el último siglo, ya retrocedió dos kilómetros, causando gran preocupación entre los lugareños. Para llegar al glaciar que se encuentra en el Parque Nacional Vatnajökull,  tuvimos que transitar un camino de piedras y grava suelta, con grandes charcos de agua. Al llegar al lugar,  sentís que valió la pena el recorrido y estas sólo ante la inmensidad del glaciar. La sensación es fenomenal.

El Parque Nacional Vatnajökull, tiene 12.000 km2 y esto lo convierte en la reserva natural más grande de Europa, con páramos llenos de fumarolas, volcanes, cascadas, ríos y glaciares. Un lugar ideal para el escenario de cualquier película de acción.

Cerca de la carretera, no podés dejar de visitar el Jökulsárlón, el lago glaciar más conocido de Islandia. Una de las características del glaciar es que se muchos icebergs que se desprenden del Glaciar Breioamerkurjökull, flotan sobre el lago y se desplazan lentamente por el agua, a lo largo de un canal natural hasta llegar al océano, mientras las gaviotas se zambullen en picada, en busca de comida.

Ya en el océano, los bloques no se pierden flotando a la distancia, sino que son devueltos por el fuerte oleaje hasta quedar estacionados sobre esta playa llamada Diamante donde los bloques comienzan a derretirse al sol, perdiendo volumen, pero manteniendo sus brillos sobre la playa de arena negra. Un poco más allá, las focas se asoman mientras juegan en el océano. Esta es una de las mayores atracciones de la isla y lo notas por la cantidad de personas que se juntan acá. Una verdadera maravilla.

Vik y sus Gigantes

Muy cerca, nos espera la pequeña ciudad costera de Vik i Mýrdal, que pese a tener unos 300 habitantes, atrae a muchos turistas, ya que no tiene puerto pero está dedicado al comercio, y esto mueve la economía de ésta ciudad regida por la iglesia luterana de Vikurkirkja instalada en lo alto de una colina.

Alejado del pueblo, podés ver el fuselaje de un avión de la Marina de los Estados Unidos, que se estrelló frente a las costas el 21 de noviembre de 1973 en Solheimasandur. Este DC3 sirvió en las Guerras de Corea y Vietnam y aún pueden verse los agujeros de balas en su fuselaje. Se sabe que el avión, que salió de Höfn con 7 tripulantes nunca llegó a Keflavik y el piloto realizó un aterrizaje de emergencia en un río helado. Nadie resultó herido.

Este avión es una de las mayores atracciones, no solo porque contrasta la blancura del fuselaje con el negro de las arenas, sino porque algunas celebridades de la música pasaron por aquí, como la banda islandesa Sigur Rós, o Justin Bieber que en un video, se desplaza sobre el fuselaje del avión con un monopatín.

Si te acercas a las costas, llegas a las playas de arena negra de Reynisfjara, donde las fuertes y traicioneras corrientes marinas, pueden causar más de un accidente a quien camina distraído por ahí. El color negro se debe a que durante miles de años, la erosión de las rocas y acantilados volcánicos hicieron que las playas se cubrieran de esta arenisca gruesa y negra. Sobre el mar, el arco de piedra Dryhólaey se ve a la distancia.

Cerca de la playa hay acantilados formado por grandes columnas hexagonales de basalto negro, algunas miden 50 mts de altura y se parecen a los tubos de un órgano de una catedral. Allí anidan los frailecillos que se pueden ver durante el verano. Muy cerca, el volcán Eyjafjallajökull.

Desde la costa podés ver a tres enormes peñascos que asoman sobres las aguas del océano y que alcanzan los 70 metros de altura. Estos peñascos quedaron separados de tierra firme debido a la erosión y hoy se los contempla desde la orilla.

Según la tradición islandesa, en éstos sitios existieron trolls que eran figuras mitológicas nórdicas similares a los gigantes, pero más salvajes y sanguinarios que los ogros. A los trolls les encantaba raptar humanos que luego devoraban con placer. Ese era su menú favorito. Algunos dicen que J.R.R Tolkien se inspiró en estas historias para recrear éstos seres en su Tierra Media de El Señor de los Anillos.

Cuenta la leyenda que cerca de la playa de arena negra, moraban éstos trolls llamados Skessudrangar, Landdrangar y Langhamrar que decidieron salir a comer de noche como era su costumbre ya que evitaban la luz del sol. Los tres salieron de sus cuevas y al llegar a la costa, vieron a la distancia un barco de pescadores y decidieron atacarlo. Tras entrar en el agua y matar a toda la tripulación, se dispusieron a arrastrar el enorme barco hacia la orilla para hacerse con el botín que seguro llevaban. Tomaron la nave y comenzaron a arrastrarla hacia la orilla. El trabajo fue duro y les tomaba más tiempo del pensado, pero no abandonarían la nave, la ambición era más grande.

A pesar que ellos eran enormes y fuertes, la nave era muy pesada. La noche transcurría y el amanecer se acercaba rápido. Ellos se miraron y comprendieron todo. Decidieron abandonar la nave y comenzaron a nadar como locos hacia la orilla para esconderse en las sombras del bosque. Fue demasiado tarde. Los primeros rayos fueron mortales y las primeras luces del alba los convirtieron en rocas junto al barco que arrastraban. Cuando los lugareños hablan de las rocas Reynisdrangar se ofenden si dudas de su historia y por eso las rocas aún mantienen sus nombres. Incluso afirman que en noches muy oscuras, las rocas parecen volver a la vida. Será verdad?

De vuelta a Reykiavik

Seguimos nuestro viaje y llegamos hasta un poblado llamado Skógar, para visitar una de las cascadas más bonitas de Islandia: Skógafoss.

Esta cascada, que se destaca por su espectacularidad y su blanca cortina de agua que cae desde 60 metros en una garganta natural al final de un cañón, no sólo se puede visitar desde abajo, desde donde tenes las mejores vistas fotografiar arco iris dobles que se forman cuando los rayos solares se filtran con el rocío de la cascada. También podés visitarla desde arriba, siguiendo un sendero desde donde contemplar la caída y todo el recorrido del río. El ruido que produce es ensordecedor pero la imagen es de postal.

Como todo en Islandia, también hay una historia y cuando hablan de “un tesoro al final del Arco Iris” suponemos que se originó acá. Cuentan la leyenda que hace muchos años, el colono Thrasi Thórólfsson, escondió un cofre lleno de oro y piedras preciosas en una cueva que se encuentra justo detrás de la cascada. Como el torrente de agua es siempre tan intenso y abundante, es casi inaccesible la mayor parte del año. Muchos han intentado ingresar detrás de la cascada, para comprobar la veracidad de la leyenda, pero sólo un valiente joven en el siglo XVII consiguió encontrarlo y logró atar una cuerda a uno de los anillos del cofre.

Feliz de haber descubierto el tesoro, al tratar de salir de la cueva y tirar del pesado baúl, el anillo se rompió y el cofre volvió a caer en lo más profundo de la cueva. El joven tuvo que dejar el cofre dentro de la cueva y nunca más pudo volver a buscarlo. Algunos dicen que esto le causó una gran frustración y se suicidó saltando desde lo más alto de la cascada. Muchos afirman que el anillo del cofre se utilizó en la puerta de la Iglesia de Skógar y hoy ese anillo es el que se exhibe en el Museo Skógar.

Según la tradición, el extremo del cofre es visible debajo de las cascadas y sólo cuando hay mucho sol, algunos ven brillar el dorado tesoro detrás de las transparentes y frías aguas de Skógafoss. Una vieja canción islandesa dice:

Ricamente apilado está el cofre de Thrasi

Bajo las aguas de Skógar

Quien vaya primero

Encontrará riquezas incalculables.

Cerca de Skógafoss, podés visitar la Cascada Seljalandsfoss, que tiene una caída de 60 metros y tal vez no resulta tan espectacular como otras, pero la belleza del paraje en donde se encuentra te cautiva y te causa admiración, ya que hay un camino por detrás que rodea la caída y es posible obtener imágenes espectaculares. De hecho es una de las más fotografiadas de Islandia.

Nuestra última cascada para visitar es Gullfoss, la Cascada Dorada con un impresionante doble salto de agua y donde se dice que la tierra se abrió para tragarse al río. El primer salto tiene 11 mts y el segundo 21mts. El agua cae a un cañón que encauza al río. Esta gran brecha en la roca que los siglos y el agua, cincelaron un paisaje acogedor.

Un dato curioso es que la cascada fue propiedad privada hasta mediados del siglo XX y estuvo a punto de desaparecer en la década de 1920, cuando un grupo de inversores extranjeros quería embalsar el río Hvitá para un proyecto hidroeléctrico. El propietario del terreno, Tomás Tómasson, se negó a vender pero los promotores obtuvieron permiso del Gobierno. La hija de Tómasson, Sígridur Tómasdóttir, decidió ir caminando descalza hasta Reykiavik en señal de protesta, llegando incluso a amenazar con arrojarse a la cascada si el proyecto seguía adelante. Por suerte los inversores no compraron los terrenos y el contrato se anuló, evitándose la destrucción de la cascada.  

No lejos de allí vale la pena hacer una parada para contemplar a Geysir y Strokkur. Dos geizers que expulsan columnas de vapor. El Gran Geysir llegaba a escupir vapor hasta 150 metros de altura, pero quedó bloqueado por la estupidez humana, ya que en 1950 los turistas arrojaban piedras y objetos a su boca. Solo una vez en el año 2000 volvió a expulsar vapor, pero perdió su regularidad.

Muy cerca, su hermano Strokkur, continúa con su regularidad y cada 10 minutos, el agua comienza a burbujear hasta que expulsa vapor a unos 30 metros de altura.

Como se sabe, los géiseres se forman cuando el agua calentada por energía geotérmica queda atrapada en estrechas fisuras. El agua de la superficie se enfría, mientras que el agua que circula por debajo se sobrecalienta convirtiéndose en vapor y expulsando el agua más fría que hay encima. En ésta zona geotermal, donde se encuentra Geysir y Strokkur también hay pequeños y coloridos manantiales burbujeantes, piscinas lechosas y humeantes pozos de perforación donde el agua emerge a 100ºC.

Y volvimos a Reikiavik, la capital del país y su ciudad más grande, que tiene algunos sitios interesantes para visitar, como su Museo Nacional y el Museo de Saga que expone la historia del país desde las sagas medievales hasta hoy a través de sitios que representan más de 1.000 años de vida y costumbres del país. El edificio tiene un domo de vidrio giratorio llamada Perlan que fue utilizado como base británica durante la Segunda Guerra Mundial. Este centro cultural tiene un mirador y un restaurante giratorio, desde donde se puede ver la ciudad.

Otro sitio para visitar es la Hallgrímskirkja, una impresionante iglesia de concreto luterana de 75 metros de altura, que la convierte en el edificio más alto del país. Se dice que el arquitecto se inspiró en los flujos de lava basáltica del paisaje de Islandia para la fachada. El interior de la iglesia tiene tres naves y es bastante sobrio. La construcción del templo duró 38 años es visible desde toda la ciudad, convirtiéndose en uno de los símbolos más conocidos. Delante de la iglesia, hay una estatua de Leif Eriksson, hijo de Erik el Rojo, probablemente el héroe más conocido de la Islandia vikinga quien se dice que fue el primer europeo en llegar a América, 1000 años antes de la llegada de Cristóbal Colón. La estatua fue un regalo de Estados Unidos a Islandia.

Algo curioso nos pasó con una chica asiática que nos atendió en un sitio de compras. Al entregarle nuestra tarjeta de crédito, ella comenzó a cantar, “Despacito”, el tema de Luis Fonsi.

Y pienso, que hizo Luis Fonsi con ese tema que revolucionó el mundo y las distintas versiones se multiplicaron por todos lados. Pero, ni yo soy Luis Fonsi, ni Luis Fonsi es argentino, así que supongo que sería mejor pensar que el resto del mundo nos meten a todos los latinos en la misma bolsa y para ellos somos todos lo mismo. Bueno, a decir verdad, nosotros los latinos, pensamos que los asiáticos son todos iguales no?

Por último y a modo de curiosidad: viste que hay personas que coleccionan sellos, monedas antiguas o insectos? Si queres conocer un lugar pintoresco en Islandia, tenes que ir al Museo del Pene, en donde podes ver más de 300 tipo de penes de distintos mamíferos, incluyendo el de un humano.

Hace años, el director de la Faloteca, Sigurdur Hjartarson, comenzó su curiosa colección con un pene de toro y se fue incrementando hasta alcanzar la cantidad que hoy tiene. Los tamaños? Desde el miembro viril de un cachalote que mide 1,70 mts de altura y 70 kg de peso, hasta el diminuto miembro de un hámster de dos milímetros de largo.

Algunos especímenes se almacenan en formol y otros están disecados. Y cuentan con réplicas de penes reales como la del equipo olímpico islandés de handball que logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 2008.

Entre los raro del museo también se encuentra un pene humano, recibido en el 2011, que pertenecía a un islandés, amigo de Hjartarson, que estaba molesto porque en los últimos años de su vida, su órgano se había encogido un poco.

El museo recibe 50 mil turistas cada año de todas partes del mundo y además cuenta con un negocio de simpáticos souvenirs.

Para terminar nuestro recorrido por Islandia, nada mejor que visitar la Laguna Azul, que es un balneario geotermal cerca de Reykiavik y una de las atracciones más visitadas del país, donde las vaporosas aguas templadas son ricas en sílice y azufre y dicen que ayuda a personas que padecen enfermedades de la piel como la psoriasis. Para ingresar al lugar hay que pagar una entrada, que varía según la estación del año y el paquete que desees.

Hasta acá llegamos hoy. Ojala los hayas disfrutado tanto como nosotros. Te dejamos éste video que hicimos de Islandia y te esperamos la semana que viene para continuar viajando.

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