OPINIÓN

Rawson, a matar o morir

Rubén García atraviesa un momento crítico. Más allá del conflicto con SUOEM, tiene un frente interno que debe resolver de inmediato. O pagar el costo.
jueves, 16 de diciembre de 2021 · 12:29

¿Cómo se puede seguir gobernando Rawson así? Es muy posible que esta pregunta se haya repetido varias veces tras bambalinas en el palacio municipal de Villa Krause, virtualmente tomado por una protesta sindical pero también por una fractura política que parece no tener camino de retorno.

El primero en haberse preguntado cómo se puede seguir gobernando Rawson así, habrá sido el intendente Rubén García. Si en las dos oportunidades que debió ausentarse de la función y quedó a cargo el presidente del Concejo Deliberante, lo primero que hizo fue llamar a paritaria al sindicato SUOEM, está claro que no podrá irse nuevamente. Si lo hiciera, sabrá que encontrará alguna sorpresa a su regreso.

Sucedió en 2020 y se repitió en 2021. El presidente del Legislativo, el concejal Juan Carlos Salvado, quedó transitoriamente al frente del Ejecutivo y decidió convocar al gremio municipal a espaldas del intendente. No lo consultó a García para tomar una decisión política de grueso calibre con impacto de mediano y largo plazo. La primera vez pudo interpretarse como una equivocación. La segunda no admitió dudas. Hubo premeditación.

García debió viajar a Buenos Aires para someterse a una cirugía coronaria. Es cierto que dejaba en San Juan un conflicto en ciernes con los municipales. Lo lógico hubiera sido que esa cuestión quedara en suspenso hasta su regreso. Pero no.

Repentinamente Salvado llamó a SUOEM y le abrió la paritaria a medida, para negociar condiciones laborales. En paralelo, el otro sindicato con afiliados en el municipio, UPCN, acudió a la justicia y logró frenar la convocatoria porque había quedado excluido.

A continuación el departamento quedó tapado de basura, no solamente por una retención de servicio del SUOEM sino porque también hubo manos anónimas revoleando bolsas de residuos por las calles para agravar el problema. Lo denunció públicamente el intendente este miércoles, en su primera aparición pública tras haber regresado a la función.

Este embrollo se puede resumir fácilmente. Primer acto: en ausencia del intendente, Salvado le abrió la puerta a SUOEM y dejó afuera a UPCN. Segundo acto: UPCN frenó la paritaria en la Justicia. Tercer acto: SUOEM paralizó la recolección de residuos. Al costo lo pagaron los vecinos, pero también García.

El 14 de noviembre el resultado electoral en Rawson fue dramático para el peronismo. Ya había sido flojo en las primarias del 12 de septiembre, cuando el Frente de Todos había logrado una ventaja de 8 puntos sobre Juntos por el Cambio. Era bastante menos que lo esperado originalmente, porque contaban con ese distrito para amortiguar las derrotas en el eje de Santa Lucía, Capital y Rivadavia. 

Los números empeoraron en la general y la ventaja del Frente de Todos se achicó de 8 a 4 puntos. Rawson era el bastión intocable del peronismo pero Juntos por el Cambio les terminó respirando en la nunca. ¿Es el punto de partida para dentro de dos años?

Se habrán preguntado en el palacio de Villa Krause si el giojismo está conspirando contra el intendente, porque Salvado es un dirigente de ese espacio. No está claro. Altos referentes de esa corriente, Lealtad Justicialista, lo desmintieron categóricamente. Es lo que le dijo el diputado Juan Carlos Gioja a García, cuando el intendente le preguntó qué había detrás de estas escaramuzas. Juan Carlos le habría manifestado a Rubén que todo ha sido una cuestión personalísima de Salvado.

Sin embargo, no ponerle un freno al presidente del Concejo Deliberante, es dejarlo hacer. Y dejarlo hacer se parece bastante a alentarlo.

García está en un punto de inflexión. Fue candidato del giojismo en 2019 y le ganó al uñaquista Pablo García Nieto. Fue una primaria épica, tanto o más entretenida que la de Capital entre Franco Aranda y Emilio Baistrocchi. Pero en 2020 las cosas se invirtieron cuando se disputó la interna partidaria.

Obediencia debida, García fue candidato a presidente de la Junta Departamental del PJ en contra de Sergio Uñac y le tocó perder frente a Marcos Andino. Quedó en un pinino. Es intendente pero no conduce el partido en su distrito. No es el jefe político en su departamento. En Casa de Gobierno no lo consideran propio. Pero pidieron cuidarlo, para contener daños. Sobre todo luego de los números tan estrechos obtenidos en las elecciones legislativas. Rawson es un bastión altamente sensible. 

Sin embargo, cuidar a García no implica absolutamente nada para 2023. Faltan 24 meses para aquella renovación. Apenas ha pasado la primera mitad de mandato. Al intendente le tocó debutar con la pandemia y, como tantos otros, debió relegar los planes originales para actuar en la emergencia. Sobre llovido, mojado: encima de todo tuvo que ponerle el pecho a una disputa política que solo ha metido ruido en la gestión.

Evidentemente la pulseada de 2023 se adelantó. García tiene la posibilidad constitucional de ir por otro periodo y efectivamente quiere repetir. Para lograrlo, tendrá que demostrar más carácter. Ejercer el poder. Resolver el problema político intestino con Salvado. Caso contrario, será crónica de una caída anunciada. Porque al vecino que le revolearon la bolsa de basura en su calle, poco le importa la letra fina de la interna. Y a las elecciones -aunque suene bastante obvio decirlo- las gana el que junte más votos.


JAQUE MATE